Habla bien, piensa positivo y te irá mejor I

Piensa en positivo

Habla bien, piensa positivo y te irá mejor I

Hay momentos en lo que parece que el cosmos se alinea para fastidiarte el día, la semana, el mes…. ¡la vida! pero es que hay veces que no tomar acción en ciertas situaciones puede ser la “semilla” de un conflicto. Lo peor, que luego no “sabes” ni cómo, ni por qué te pasan las cosas que te pasan y te quedas con una cara…

Todo lo que creemos creamos, todo lo que hacemos tiene consecuencias y todo lo que pensamos tiene energía que al final encuentra el modo de materializarse en nuestra vida

Pues bien, vamos a aclarar que todo lo que vivimos nos pasa porque nosotros lo hemos creado antes, con nuestra intención, nuestros miedos, nuestras decisiones, nuestras acciones y nuestros pensamientos. Cada una de estas acciones y emociones, forman parte nuestra, de nuestro campo energético y por lo tanto todo lo que creemos creamos, todo lo que hacemos tiene consecuencias y todo lo que pensamos tiene energía que al final encuentra el modo de materializarse en nuestra vida. Por eso es importante que nos empecemos a conocer, a observar y poner atención en aquello qué hacemos, cómo lo hacemos, qué decimos y cómo lo decimos, y además si encima de decirlo o pensarlo también lo estamos visualizando, todo tomará más fuerza para su realización, porque el poder de la visualización existe, tanto para lo bueno como para lo malo.

Podríamos empezar haciéndonos preguntas de por qué pensamos del modo que lo hacemos, por qué sentimos del modo que lo hacemos y si esa forma de sentir, de ser, de pensar nos hace sentir bien realmente, si es sano en todos los aspectos y sentidos de nosotros y para nosotros ¿O simplemente nos dejamos llevar por los demás…? ¿nos da miedo decir que no y seguimos otorgando, cediendo y haciendo concesiones para evitar enfados, conflictos, o críticas?… Pues si es así, como diría mi abuela. “Pan pa´hoy y hambre pa´mañana” ¿Por qué? Porque en cuanto no cumplas con las “órdenes” y deseos de los demás, serás mal@, vendrán los enfados, dirán que has cambiado, te hartarás y empezarás a evitar a esa persona, te decepcionarás y si ya para colmo tú necesitas a alguien o algo y no encuentras el apoyo que crees “tendrías” que tener, pues ya tenemos la “guinda del pastel”. En fin, que aquello que hagas que sea porque quieras, te apetezca o te dé la gana, no por lo que piensen, esperen los demás, o según tu campo de creencias… “si hago esto soy egoísta… si pienso así, soy mala persona… es que si no, no soy buena hij@, buena amig@, buena persona…” en fin, a veces nuestras propias creencias son el inicio de “la tumba” de algo, de alguna relación o la nuestra, porque nos vemos viviendo por y para los demás y encima sufrimos por ello y terminamos pasando por distintos ciclos, hasta que “reventamos”  y entonces el problema es mayor que si le hubiéramos dicho desde el principio a esa persona, cuál eran los límites. Si se hubiera enfadado desde ese momento, tú te ahorras, sentirte mal, sentir que solo te quieren para cuándo les interesa algo, o simplemente te sientes decepcionad@ por no recibir el trato que crees merecer, que muchas veces no es porque esperemos nada a cambio, cierto, pero tampoco esperamos que nos critiquen, utilicen, etc…  tener que estar cumpliendo favores por no saber decir que no, es un modo de hacerte daño, de hacer daño a la persona, a la relación, etc., uno puedes hacerlo con gusto, porque te coge bien, te apetece y ahí estás, pero si no ocurre así, también puedes hacérselo saber a la persona, que no te apetece, que no ves bien ese favor, que no puedes, o simplemente para que no se acostumbre a que estás ahí siempre puedes decir que no también. Esto hace que la persona se abra a otras opciones, no genera dependencia y por supuesto la mantienes activa en buscar soluciones o llevarlas a cabo ella misma.

Así de paso ves de qué modo te valora la otra persona y para qué te quiere en su vida. Vamos a tener en cuenta que, en la vida, nos encontramos con “sanguijuelas encarnadas” con “vampiros energéticos” y con energías densas del bajo astral. (Hablaremos de esto detenidamente)

Muchas veces. Terminas decepcionándote sin ni siquiera tener en cuenta, que nos decepcionamos porque esperamos demasiado de los demás, porque damos por hecho que conocemos a la gente, que las personas tienen la misma forma de ser, de actuar, la misma ética, moral que nosotros en determinados momentos, que tienen personalidad propia incluso…  y no es que nosotros seamos los buenos y ellos los malos, no, no es eso. Es que debemos pensar más, sentir más, y hacer aquello que nos haga sentir bien, no hacer mal a nadie, no juzgar, pero tampoco hacer todo lo que se nos pida y más si vamos a salir “perdiendo” si va a suponer seguir “sufriendo” si se trata de sacrificios, perjudicar nuestra vida de algún modo.

Das muchas cosas a lo largo de una relación, a lo largo de tu vida, das mucho más en muchas relaciones de distintos tipos. Pero al final si das mucho y recibes poco provocas una descompensación que harás que esa relación se rompa o sea tóxica.  Si luego hablamos de amistades, eso es otro mundo, elegimos a los amigos por como nos sentimos, por cosas que hay en común e incluso a veces por protegerles o ayudarles también. Hay veces que la falta de personalidad y criterio te puede hacer víctima de situaciones dolorosas.

Y no hablamos de personas de quince o dieciséis años, no. Personas con formación universitaria, y que al final se dejan llevar por lo que dice otro. Si tienes una “diferencia” con alguien, si hay un grupo o simplemente una persona más, verás como esa persona termina posicionándose y aunque no haya tenido nada que ver con la diferencia o conflicto, te excluirá, si los demás u otro lo hace, o se posicionará junto a ti, si le “influyes e incluyes” en el conflicto con otra persona y se apartará como si se lo hubieras hecho directamente. En fin, hay quien necesita seguir a un “líder” y así evita pensar, al menos eso era lo que me parecía, porque era tan surrealista que este tipo de personas pudieran tener esa falta de personalidad, autoestima, criterio etc. Pero luego lo entendí.

Todos buscamos pertenecer. Sí. Pertenecer al sistema familiar, al grupito de amigos, al grupito de compañeros en el trabajo, a la comunidad de vecinos… y por favor, que opinen bien de nosotros, que nos vean de modo que piensen bien, que no se vayan a enfadar, a apartarme, a pensar mal de mí, o que crean que soy el raro. “lo que hacen nuestros amigos, lo hacemos nosotros” si te juntas con un grupo de amig@ y comienzan a criticar a alguien, observa si entras al trapo, seguramente al principio ni siquiera te gustase hacerlo, pero luego se normaliza todo y estás buscando el último cotilleo para poder informar a los demás. Y Si ellos son de ideologías diferentes a ti… ¿verdaderamente defiendes tus ideas o es mejor no hablarlo? ¿Te respetarían, o seguirían siendo tus amigos, tus clientes?… tu familia sí, pero ¿terminaríamos en insultos o discusión si defiendo lo que pienso esté independientemente en posesión de la “razón”? Pues no. De hecho, ahí está la historia y tampoco hay que irse muy lejos, en España, por ejemplo, podemos ver claros casos de como familias terminan divididas por ideologías políticas, rompiendo toda relación y vínculo. Cosa que generará karmas que irán ligados al sistema familiar por generaciones y que encima aquello que rechazamos, es lo que atraemos…

Hay muchas anécdotas de personas que llegan y te dicen….

_ “Yo, jamás perdonaría una infidelidad”

_ “Yo jamás aguantaría a una persona con problemas de juego, de alcohol…”

_ “Yo jamás consentiría que mis hijos hicieran tal cosa” …

¿Adivináis que viene después?… observa tu propia vida. ¿te ha pasado eso de decir NO y tener que “beber de esa agua”? por eso también vamos a aprender a expresarnos de un modo más positivo y tolerante, para que podamos librarnos de ciertas experiencias que serían un tanto desagradables, aunque eso sí, muy instructivas.

Pero volviendo a las relaciones con los demás y cómo nos afectan, me viene a la cabeza una cliente que la mayoría de las veces que nos vemos en consulta me dice: “Yo no me relaciono prácticamente con nadie porque la gente me parece superficial, prepotentes y para lidiar y encajar en esta sociedad tienes que ser así de “falsa” porque si no lo eres te conviertes en el punto de crítica. Todos van contra ti si sienten que eres diferente y no entras en su juego de “criticar, manipular, organizar, comprar, tener, aparentar y hasta pelotear al que manda” y yo soy como soy y no tengo por qué cambiar.

Bueno, quizá sí, quizá el que marca la diferencia es el que muestra las “miserias” del otro. Pero no relacionarse con nadie es muy drástico, poco saludable y seguramente hay algo “oculto” en esa forma de pensar o hacer.  Y lo hay, cuándo le pregunto: _ ¿Cómo crees que te ven a ti los demás?

Ni lo sé, ni me importa. Son unos hipócritas porque lo mismo te ponen la sonrisa falsa que te los encuentras en el trabajo y muchos no saben ni darte los buenos días como aquel que dice. Llevo en ese sitio más de quince años y me miran por encima del hombro, ¡gilipollas! ¿qué se creen?… _ se enzarza, va alterándose, va cada vez usando más palabras mal sonantes, el color de la piel de su cara y cuello va siendo más rojo. Así que le digo:

_ Nadie diría que no te importa por tu reacción.

_ Es que no aguanto la mala educación.

_ ¿tú saludas? – le pregunto.

_ ¡Ya no!, ¿para qué? ¿para darles el gusto de dejarme con el saludo en la boca…?

Esta clienta, a la que voy a llamar María, no le da igual que no la saluden, ni que no lo tengan en cuenta como a ella le gustaría que la tuvieran, pero ella no saluda por EGO, lo dice con rabia y al mismo tiempo con arrogancia de “¿pero que se creen?” ¿ves en estas pocas líneas, arrogancia, hipocresía, prepotencia…? Si no soporta la mala educación, está haciendo uso de ella, pero al mismo tiempo la está atrayendo. Primero porque piensa mal de todo el mundo, piensa mal de la gente y los tiene catalogados, lo que la lleva a excluir. Y lo cual atrae todo aquello que está rechazando y encima también lo práctica pero claro, como se lo hacen a ella los demás, pues entonces ellos son los que se equivocan, los malos, los que la excluyen… Si ella siguiera con su convicción de saludar, aunque no reciba respuesta, antes o después eso cambiaría a positivo, pero si se me presenta una situación negativa y yo la alimento, crecerá, no cambiará.

Si María saludase, al menos ella sería fiel a su ética, a su educación y se sentiría bien consigo misma, y por supuesto no le daría tanta importancia a “ser vista” “considerada” y aunque hubiera personas que no la saludaran en el trabajo, sí que atraería gente con su misma vibración, ética y resonancia, y podría relacionarse en vez de aislarse. aquí la autoestima también juega un papel importante y en eso estamos.

No digo que haya que relacionarse con todo el mundo si no me siento bien con ellos o con esa persona. No. Simplemente hay que “seleccionar” el entorno, gracias a Dios podemos elegir con quien queremos tener qué tipo de relaciones, eso sí, mejor no excluyamos a nadie, porque estaríamos creando ciertos rechazos y karmas que al final nos pasarían factura, podemos ir diciendo cuando alguien no nos termina de “encajar o gustar”:

“ACEPTO TU FORMA DE SER, DE PENSAR, DE COMPORTARTE, PERO YO BUSCO EN TODA RELACIÓN SENTIRME BIEN Y CONTIGO NO LO CONSIGO, POR LO TANTO, HONRO TU DESTINO Y DEJO LO TUYO CONTIGO, DESEO QUE LA VIDA TE VAYA BIEN PARA TU EVOLUCIÓN”. (VAMOS POCO A POCO AQUÍ)

Ser diferente no quiere decir tener que estar obligados a entenderse, ni tampoco que no pueda haber entendimiento. ¿no te ha pasado eso de conocer a alguien que de primeras te cae mal y luego es de tus mejores amistades o incluso pareja? Pues eso, nunca des nada por hecho ni por imposible. porque cada situación se presenta por y para algo.

Vamos a partir de la base de que nada está bien, ni mal. No hay nada que esté en posesión de la verdad absoluta, nada. Así que, una opción de cómo podría funcionar esto sería de la siguiente manera:

  • Que tú te sientas bien contigo mism@, en armonía. Que sientas que todo en tu vida fluye, unas veces irá mejor y otras más lento de lo que nos gustaría, pero para eso estás tú, para trabajar en ello, mejorarlo o disfrutarlo. Cuando hay algo que no te hace sentir bien, que te inquieta, que no se te va de la cabeza, que te genera angustia, STOP, estás generando un conflicto que tu cuerpo terminará somatizando, que tu campo energético está canalizando y al final, terminarás empeorando “todo.” Además, esa situación lo que está ahí para mostrarte algo que tienes que sanar, tuyo o de tu sistema familiar, por lo tanto, mejor verlo, tomar conciencia de ello y trabajarlo. También ten en cuenta que ese conflicto primero, te va a afectar a ti y después según cómo y con quién sea el conflicto, puedes haber “sembrado” un problema que te llevará a perder a esa persona, que el malestar vaya creciendo y que las soluciones sean luego más drásticas si las encontramos y somos capaces de dar el cambio o entrar en una espiral de sufrimiento y aguantar hasta que no podamos más, o dicha situación te mantenga en un pozo.

  • Cuando recibes una noticia que no es de tu agrado, cuando alguien te dice algo que te duele, molesta, enfada, sorprende… dirige, canaliza lo que está sucediendo del siguiente modo:

“Reconozco que siento_ (Rabia, impotencia, decepción… menciona o di aquello que te produce dicha situación) __ pero ¿qué quiere mostrarme esta situación aquí y ahora en mi vida?” y espera la respuesta. Tu cerebro, te responderá. Si no lo hace en ese preciso momento por la situación, no fuerces nada, solo, te dices. “Reconozco (la emoción que sientas en ese momento) pero ahora deseo sanarla y liberarla.

Lo siento, no sabía que estuviera causando esta situación

Por favor, perdóname, pero ignoraba este conflicto

Gracias por haberme revelado este aspecto de mí.

Te amo, tal y como eres, porque tú y yo formamos parte de la misma creación, de la misma energía… Si somos creyentes podemos decir: “porque tú y yo formamos parte de la creación Divina”. (estas cuatro frases son utilizadas en la terapia conocida como ho´ponopono. Hablaremos y trabajaremos con ella)

Se repite cuatro veces. Da lo mismo que lo repitas de forma mental, porque tengamos a la persona delante y estés en el momento “conflicto” o sea verbalizándolo porque ya estemos en casa. Entonces, puedes trabajarlo ante una fotografía de la persona con la que he tenido el conflicto o ante un papel donde hayamos escrito el problema, el conflicto o situación que nos preocupa. Lo importante es, focalizar, centrar el “problema” o “conflicto” para que seas capaz de verlo, y oírlo, ya que deberías de leer después en voz alta lo que has escrito. De este modo, te va a dar otro punto de vista del problema, y lo más importante, vas a coger conciencia de él para poder sanarlo de este modo. Si tenemos una fotografía de la persona o un papel donde hayamos escrito la cuestión que queremos resolver, después de decirle qué pensamos, cómo nos sentimos, y desahogarnos, entonces iremos acariciando la foto o el papel donde esté plasmado el problema. De este modo, suavizaremos la energía del conflicto, las energías de la persona, o la situación con el simple hecho de repetir las cuatro frases con la intención de sanar, mejorar y cambiar. De perdonarnos, de perdonarte y reconocer que tenemos una parte de responsabilidad en ese asunto.

Al acabar, pon un vaso de agua con una cucharadita pequeña de sal encima de la foto de la persona, o sobre el papel en el que escribiste el problema. Ve cambiando el agua varias veces al día. (tres o cuatro, serán suficientes, si no fuera posible, al menos intenta hacerlo dos veces. Verás como el agua va produciendo ciertas burbujitas debido a la negatividad que irá absorbiendo de la situación)

Después simplemente decir. “gracias por mostrarme este conflicto que me va a ayudar a crecer”.

Déjalo así unos nueve días, o en ciclos de nueve días sí, nueve días no y, vuelves a poner el vaso del agua otros nueve días hasta que la situación mejore, se solucione, o seas tú quien mejore, y te sientas bien.

Este ejercicio-ritual. Te sorprenderá muchísimo y será gratamente. Porque podrás sentir como tú, tu energía y el conflicto o la otra persona con la que la situación sea desagradable, va a cambiar notoriamente para mejor.

Ejemplo 1. “Me siento mal con mi trabajo”

Son muchos los clientes que acuden a mí, ya hartos de su trabajo. Tanto que incluso presentan síntomas preocupantes en su salud, la mayoría de ellos, o toman algún tranquilizante o antidepresivo o ya, padecen ciertas enfermedades, unas más serias que otras, pero “todas” debido a las resistencias, la ansiedad, el agobio y rechazo que les produce ir a trabajar. Personas que los días, las semanas se les pueden hacer muy muy largas. No necesariamente sufren ningún tipo de acoso, simplemente el agotamiento psicológico, mental y energético Lleva nuestra mente y nuestro cuerpo a un esfuerzo que antes o después nos pasa factura.

E incluso, la factura es inmediata a nivel energético. Quiero decir, que cuando estás en una situación de stress, de angustia, de dolor, sufrimiento, impotencia…  estás perdiendo energía, una energía esencial para nuestros “diferentes tipos de cuerpos” (Que ya te explicaré en otro momento).  Nuestro cuerpo mental, emocional y físico los primeros en resentirse. Por eso es muy importante que nos prestemos atención en cada momento, ante cada situación, de cómo la vivimos, de cómo la resolvemos, de cómo nos la tomamos. Porque ahí estará la clave de cómo queremos vivir. Si queremos vivir sometidos, escondidos, sin mostrar nuestra verdadera personalidad porque ni siquiera nosotros mismos nos permitimos conocernos muchas veces. Que enfermemos de unas cosas u otras según nuestro cuerpo somatice dichas emociones de las que muchas veces no tenemos conciencia de ellas ni de lo que nos hacen. O, por el contrario, sacar nuestra parte Max positiva, nuestro Máximo potencial, y alcanzar una vida tal y como deseamos. (No es fácil debido a la educación que hemos recibido, debido a la falta de cierta “educación emocional”, debido a nuestros propios campos de creencias…  Pero tampoco imposible, de hecho, en esta web, comprobarás que hay pocas cosas imposibles.)

Vamos a ver cómo hacemos en este caso el ejercicio-ritual

Vas a necesitar una foto de tu lugar de trabajo, o negocio. O escribir en una hoja, el problema que tienes en el trabajo. Es importante, que seas muy sincero y exacto en describir tus sentimientos. Que les pongas nombre a cada cual, e incluso si tienes celos, envidia, odio, rencor, lo que sea, por muy feo que parezca, reconócelo si quieres liberarte de ello, sanarlo y “curarte”   incluso si sientes envidia porque un compañero lo han ascendido y a ti no y eso ha hecho que te enfades más con tu jefe, o con la empresa, es mejor, que vayas reconociendo que eres capaz de sentir envidia. De hecho, Todos, sentimos envidia en algunos momentos. ¿sana? Pues no lo sé, no creo que la envidia tenga nada de sana, al menos para uno mismo, no porque le deseemos mal a otro, (Que a veces también) pero para nosotros, saludable, saludable… no es. Así que vamos a empezar a redirigirnos.

Escribes el problema. Tal cual lo sientes, tal cual lo ves.

Respira hondo por tres veces, cogiendo el aire por la nariz y soltándolo por la boca. (tendrás un vídeo de este ejercicio) y cuando estés listo, pasando tu mano por encima del folio como si limpiaras el folio, arrastraras los restos de una goma de borrar, por ejemplo. Dices:

“Trabajo, Reconozco, que me he sentido _(rellena este espacio con aquello que creas que has sentido, supongo, que pondrás aquello que escribiste al describir la situación) ___________ y que siento_________ hacia ti, mi trabajo. Se me hace muy difícil ir a trabajar, soportar __________ hacer__________ cada día. (añade todo aquello que quieras) tener que ver al imbécil de ________ tener que sentirme desvalorizado, presionado, (tal cual te sientas, di todo lo que quieras decir, expresa todo cuanto quieras expresar.” Y luego dices:

Aunque Reconozco que de no haber sido por ti en el momento en que llegué a ti (hablamos con el campo energético de nuestro trabajo) no sé qué hubiera sido de mí, a qué lugar hubiera ido, si hubiera sido mejor o no da lo mismo, porque fuiste tú el que me elegiste para que desempeñara mis funciones y te hiciera grande, como tú me has hecho grande a mí, cubriendo mis necesidades, dándome experiencia, contribuyendo a que tenga unos derechos, unas ventajas… Ahora me doy cuenta, que, debido a mi actitud, no he dado ni he hecho todo lo que podía hacer por y para ti, ahora sé que no he actuado correctamente y que te he decepcionado de algún modo, a ti y a mí. Ahora me doy cuenta, que mi malestar lo he canalizado hacia ti, cuando tú lo único que has hecho es mostrarme como soy como trabajador, has creado situaciones para hacerme mejor, has puesto gente a mi alrededor para que verme en ellos a mi mism@ y Ahora me doy cuenta, que todo lo que ha influido en mi malestar es porque yo lo he permitido, provocado de algún modo, y me he negado a resolverlo. Ahora sé que la solución no es quejarme como un niño que no consigue lo que quiere, sino buscar el modo de sentirme mejor contigo, conmigo mismo, al menos, mientras siga trabajando en ti y para ti daré lo mejor de mí, porque doy gracias por tenerte, sé lo afortunad@ que soy. Renuncio a seguir quejándome, renuncio a seguir sintiéndome mal, sé que todo tiene su proceso y lo acepto, igual que no llegué de repente a sentirme así de mal, sé que necesito tiempo para liberar, sanar y reencontrar la ilusión y a partir de ahora acepto e integro en mi vida, todo tal y como es.

Lo siento, no sabía que estuviera causando esta situación.

Por favor, perdóname, pero ignoraba este conflicto

Gracias por haberme revelado este y otros aspectos de mí.

Te amo por todo cuanto has traído a mi vida, por ser como ha sido, porque, aunque haya cosas que no me hayan gustado, doy las gracias porque todo tal y como ha sido, ha sido perfecto para mi evolución y crecimiento.

Se repite cuatro veces las frases. (lo siento, por favor perdóname, gracias, te amo)

Al acabar, pon un vaso de agua con sal encima de la foto, o sobre el papel en el que escribiste el problema. Ve cambiando el agua varias veces al día. (tres o cuatro, serán suficientes, si no fuera posible, al menos intenta hacerlo dos veces. Verás como el agua va produciendo ciertas burbujitas debido a la negatividad que irá absorbiendo. Si el problema es con un compañero o jefe, utiliza el mismo método, con una foto o en un papel escribe su nombre y apellidos y ve diciendo qué sientes, cómo te sientes, qué te gusta y qué no te gusta de esa persona. Pero ¡ojo! Porque luego, quédate con todo lo que no te gusta de esa persona porque el siguiente paso, será analizarte tú mism@.

Después simplemente decir. “gracias por mostrarme este conflicto que me va a ayudar a crecer”.

Si lo haces bien. Debes sentirte mejor, más aliviado, con menos peso.  Si sigues sintiéndote la víctima, es porque hay una parte de ti que muestra resistencias y miedos a los cambios a aceptar la responsabilidad de aquello que hemos provocado, o hemos consentido y por supuesto a que en nosotros hay una parte de aquello que no queremos, aprobamos, o detestamos.

Es como hacerle mil favores a una persona. Cuando no sigues haciéndole aquello que te pide, se enfada. ¿crees que tú no tienes que ver en ese conflicto que has ayudado a crear? Pues siento decirte que sí. Y no por más hacer vas a ser mejor persona, energéticamente estás causando “deudas energéticas” a aquellas personas a las que los favores se los “regalas” una cosa, es enseñar a alguien a pescar y otra es pescar para alguien. (hablaremos de las deudas energéticas, qué efecto tienen en ambas partes y cómo sanarlas.)

Estas son las cuatro frases más poderosas del ho´ponopono. Y te van a ayudar a “solucionar” muchos conflictos con otros y contigo mism@ a nivel de salud tanto física como emocional y energética. Así que simplemente con repetirlas mentalmente así tal cual, hasta que seas capaz de memorizarlas de un modo más extenso y aplicarlas de un modo más directo a cada emoción, quédate con ellas, repítelas ante cualquier situación que te genere una emoción negativa, y verás como las cosas ni te sientan igual, ni te afectan del mismo modo y todo fluye.

Otra cosa a tener en cuenta es que si no obtenemos los resultados que queremos, es porque todo no va a ir a nuestro capricho, las cosas o personas no tiene por qué ser lo que cambie, quizá nosotros tenemos que tener ese cambio para obtener la evolución y la madurez que corresponde. Si una relación se rompe por el motivo que sea, recuperarla a veces ya no es posible, hay experiencias que han desgastado la relación, han hecho cambiar los sentimientos o simplemente la relación era por motivos de dependencia, de algún interés que quizá inconscientemente nos hizo mantener o aguantar esa relación.

No hay que fustigarse ni regocijarse en el dolor o incluso sufrimiento de una relación que se acaba, hay que pasar el “duelo” de una pérdida, por supuesto, pero recrearte en los detalles no va hacer que las cosas cambien, sin embargo, aceptar la ruptura, el cambio de la nueva situación, aceptar nuestros errores, en las cosas que contribuimos para esa ruptura, lo que hicimos y lo que dejamos de hacer…  coger nuestra parte de responsabilidad de lo sucedido con la relación, nos ayudará a superar la ruptura antes, sin rencor y el dolor cada vez será menor y nos sentiremos libres y preparados para rehacer nuestra vida con el conocimiento de lo que nos enseñó y aportó la experiencia anterior.

Lo siento. Por favor, perdóname. Gracias. Te amo.

Este tipo de frases entra en contacto con nuestro inconsciente, con nuestra energía, con nuestro YO superior y nos aporta el bálsamo a las heridas y la toma de conciencia de que, ¡oye! No pasa nada, me he dado cuenta de que algo no está bien, me ha resonado algo que me ha hecho daño, o he hecho ese daño y ahora DECIDO REPARARLO.

Esa intención de reparar al final será la que sane, será la que te abra caminos para atraer gente en esa vibración de sanación que te hará sentir mejor. Será tu RECOMPENSA.

También, es un modo de “pelar la cebolla” ¿qué quiere decir esto? Pues simplemente que cuando te curas una herida, saldrá otra.

Nuestro inconsciente es tan sabio, que cuando algo nos ha hecho daño hasta tal punto de crear un trauma, “lo esconde” a veces damos por hecho que hemos superado u olvidado algo y creemos que ya no nos afecta y ahí es donde está el error, todo trauma causa una herida profunda y toda herida profunda deja cicatriz. Por lo tanto, hasta que no sanemos aquello que nos hizo daño, perdonando, perdonándonos, agradeciendo haber vivido esa experiencia por muy negativa y dolorosa que nos pareciera y entendamos y aceptemos que se produjo para mostrarnos que en nuestro sistema familiar hay algo pendiente de sanación, o si es una experiencia que se repite, lo que nos indica es que tenemos algo que sanar nosotros, y por supuesto también en nuestro sistema familiar.

Esto lo vemos mucho en constelaciones familiares, que lo abordaremos en el segundo capítulo.